Nació en Comaltepec, Guerrero el
28 de Octubre de 1955. Es hija de campesinos y el gusto por la pintura
lo tiene desde niña. Por la situación económica tan difícil en el
pueblo, se trasladó a vivir al Distrito Federal por espacio de 11 años
con una tía que también tiene gusto por la pintura. El contínuo contacto
con este arte le despertó más el interés personal en éste, sin embargo
no sentía la suficiente confianza para realizar un trabajo formal.
Finalmente y a la edad de 38 años toma la firme decisión de realizar un
retrato de su abuela, mismo que la motivó para pintar sobre sus orígenes
y rescatar la cultura de sus ancestros. Ha expuesto en México y el
extranjero: galerías de Los Ángeles Cal. E.U.
- African American Museum - Inside
my head, Chicago, E.U – The
African Presence in México,
Centro Cultural Guerrerense, Acapulco, Gro. México-
UAM, Iztapalapa D.F. México -
Hotel Arcoiris, Puerto Escondido, Oax. México -
Diáspora, Nación y Diferencia, Puerto
de Veracruz, Ver. México - Hotel
Catalina Beach, Zihuatanejo, Gro, México -Unidad
Académica de Turismo de la UAGro, Gro. México, así como en los
Encuentros de Pueblos Negros.
Acerca de
la obra:
Pinturas que cuentan historias…
En cada pintura entablamos una conversación con el pasado, para entender
el presente y heredar un futuro de orgullosa herencia africana. Las
pinturas que elabora Aydee Rodríguez López, tienen imprescindibles
colores, movimientos y sobre todo vida propia. Expresan los sentimientos
reales que hemos conservado por generaciones. Los cuadros cuentan
historias de nuestra población afromexicana. La lucha por tener el
reconocimiento constitucional
como población afromexicana, es un proceso que también ha permitido
integrar diversas expresiones como es el arte a través de la pintura.
Aydeé se adentra en la realidad al investigar y
visitar lugares que han sido parte fundamental para sus creaciones, lo
que nos permite transitar de un cuadro al otro tejiendo la historia de
nuestra población. En ellos podemos viajar al pasado, sentir las
añoranzas, ilusiones, esperanzas y el sufrimiento de nuestros ancestros
al observar un naufragio de un barco negrero, también disfrutar las
danzas propias del pueblo como son los
“Sones de Artesa” que se
bailaban en una boda o en el día de muertos, observar unas palmeras que
semejan a “La Danza de los
Diablos”, quizás ver corretear el “Toro
de Petate”, como una representación de la importancia de la
ganadería en la región. En otro momento disfrutar un apacible atardecer
en un pueblo, donde destaca en todo lo alto la cruz de la iglesia.
También poder conocer qué sucedía en las haciendas de la
región Costa Chica de Guerrero y
Oaxaca que se dedicaban a cultivar y cosechar algodón, para después
de un largo proceso exportarlo. Flora y fauna, terrestre y marítima,
mujeres, hombres, niños, jóvenes y personas mayores, integran sus
creaciones. Finalmente el cuadro de
“El negro Yanga”, expresa que
después de luchar se le concede el indulto y se tiene la libertad para
el pueblo, pero hoy la libertad se complementa a través del estudio y
del trabajo.
M.C.
Candelaria Donají Méndez Tello.- Profesora – Investigadora de la
Unidad Académica de Turismo y miembro fundador de México Negro A.C
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